No se por qué razón me ha dado últimamente por acordarme de todos vosotros, especialmente de mis niñas.... Me falta una, siempre perdida, siempre reencontrada, siempre rubia... que debe andar por cielos internacionales si todo le está yendo todo bien.
Os encontré a cada uno de vosotros en una etapa crucial. Bueno, en realidad todas las etapas en mi vida han sido cruciales de un modo u otro. Os fui conociendo en los momentos más importantes, ya fueran en internados o en colegios pijos mallorquines.
A Cuchi y a Christina las encontre cuando sólo era una niñata. Se me hacía raro compartir baño con una chica que chapurreaba el español y se depilaba las piernas repletas de espuma con cuhilla y con una rapera de pelo rapado y flequillo. Pero a los dos dias se me pasó. Además, teniamos a nuestra Purmona y la niña del plumas con bolsillos en las tetas. Imposible pasarnoslo mal. Como no en el bando de la niñata (osea, yo) estaban Brome y Blanco... ¡qué extraño haber perdido el contacto con ellas! jejejejeje. Lloré por vosotras el dia en que decidí irme de esa cárcel con forma de cuadrado y balones volando por el cielo.
Ya en Mallorca conoci a Cande de la manera más rara en que se puede conocer a alguien. Me mandaron al despacho de mi tutor y como vi que aún no había llegado, me quedé esperando en el banco del pasillo junto a la puerta. Llegó una chica que ya tenía fichada de la zona de las motos de San Cayetano (usease, zona de fumeteo), entró en el despacho como una bala, salió, me preguntó si había visto a una chica por ahí, le dije que no y con esas se volvió a subir hacia la zona donde estaban las clases. ¡Qué tia más rara!. Obviamente me estaba buscando a mí, así que Cristobal la hizo volver a buscarme. Creo que es de las pocas veces que he visto a Cande con tal despiste. A partir de ahí unimos unos lazos que nos permitieron grandes hazañas como que mi madre me dejara dormir en casa de Cande cada viernes, noche que aprovechabamos para salir por Gomila hasta las tres de la madrugada (ay... hasta las tres!). Pero siempre teníamos tiempo para "la última copa".
No sólo encontré a Cande en San Cayetano. También estaban mis queridos Alberto (siempre Tito Peix), Toni, Mateo, Joana, Marieta, Tomás, Maia, Lola, Telmo (¿se puede decir algo de Telmo?... Por aquella época aun no tenia relación con David.
Más adelante conocí a Raquel. Ahí ya completamos el trío lalalá de Palma.
No puedo olvidarme de Lucía, que con su naturalidad enmascarada de "niña bien" hizo reirme hasta el ahogamiente en un triste año de internado.
Seguramente me olvide de muchos nombres, pero eso es tan sólo en el ciber-papel.
Hace 13 años...
12 de febrero de 2008Publicado por tempus fugit en 2:21
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