Ayer Pablo y yo nos fuimos a pasar el dia (al final fue más bien la tarde) al parque de atracciones de la Warner.
Pero (!cómo no!), nos despertamos tarde, salimos aún más tarde de casa y nos perdimos. No sabía que era tan complicado llegar al maldito San Martín de la Vega. Finalmente llegamos a eso de las 16.30, cosa que tuvo su ventaja ya que la entrada nos salió más barata.
Pablo de primeras ya quería montarse en la montaña rusa más chunga. No recuerdo como se llama ahora mismo, pero es una donde vas con los pies colgando y tiene, aparte de sus respectivas vueltas de campana y giros imposibles, dos caidas libres, una contigo mirando al suelo (definitivamente la peor) y otra mirando al cielo (osea, va uno de espaldas).
Nos montamos en todas ls montañas rusas, incluida la chunga (dos veces seguidas, por cierto, ya que no había apenas gente en el parque). Pablo estaba encantado, sobre todo con su teoría de que vencer a las caidas libres le favorecería para cuando tuviera que saltar en paracaidas...
También terminamos hechos una sopa (especialmente yo) montandonos en la simpática atracción que consiste en meterte en una barquita y tirate por un tobogán, de manera que te empapas de arriba abajo... También nos montamos dos veces seguidas.
Comimos perritos calientes, spaguettis pobres en queso, lasaña, tomamos granizados...
Finalmente, a eso de las 21.00 decidimos irnos para casa. Como última atracción nos subimos en una especie de cochecitos antiguos que te llevaban sobre unos railes y te daban una vuelta por una california hecha de cartón piedra. Es el lugar donde hicimos más cola... y el lugar donde más niños había.
Y después de comprar unas tazas ultra grandes, nos fuimos a casa, hechos polvo....
Parque Warner
6 de abril de 2008Publicado por tempus fugit en 16:09
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