Tantísimas cosas que necesito sacar y me siento estancada. Muchas cosas en que pensar y mucho tiempo para pensar en ellas... Creo que palpité demasiado estos últimos años. Me siento serena, pero mis manos no se mueven ya como antes. Tenía esa inspiración, esa motivación. Ahora me vuelvo loca buscándola.
Me siento igual que cuando termina una canción... Tres minutos de emociones y luego... nada. Lo peor de todo es saber que hay más música, mas ritmos, más instrumentos... pero que no quieres ninguna otra. La escucharía una y otra vez sabiendo que voy a terminar por aborrecerla. Siempre me pasa lo mismo.
Perdí muchas oportunidades y escogí muchos caminos equivocados. ¿Será que ahora que siento que todo va a ir bien es cuando tengo miedo realmente?. Quizá he estado demasiado acostumbrada al fracaso... siempre lo he esperado. Trataba de autoconvencerme para poder convencer a los demás, pero todos sabíamos como iba a terminar. Era un bucle, un juego que se repetía año tras año, promesa tras promesa. Y así, día a día las ilusiones se me fueron escapando.
Mucha gente pensaría que no tengo de qué quejarme. Sólo uno sabe cual es su tormento personal. Para mucha gente es un quiero y no puedo... creo que mi caso es el contrario. Quisiera poder escuchar la misma canción una y otra vez... tres minutos eternos.
Tres minutos
19 de noviembre de 2007Publicado por tempus fugit en 15:10
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1 comentario:
hola ada, así es tu nombre para mí..solo decirte que he visitado tu blog.. y me ha dicho que detrás de él existe alguien que tiene un punto de sensibilidad tan perceptible como gota de agua en un caudal sereno..de verdad..sin palabras, hay que saber sentirlo.
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